6 de noviembre de 2011

LA VOZ DE LOS PADRES

TEXTOS PARA EL TIEMPO ORDINARIO
Domingo 32º del Tiempo Ordinario (Año A)

San Basilio de Cesarea, Carta de consuelo, 101
Todo está dirigido por la bondad del Señor. Nada de lo que nos ocurre tendría que ser recibido como una aflicción, aunque alcance actualmente a nuestra debilidad. En efecto, aunque ignoremos los motivos por los que cada cosa de las que nos suceden nos sea presentada como buena por el Señor, debemos estar persuadidos de que de todas formas lo que ocurre es útil, sea para nosotros como recompensa de nuestra paciencia, o para el alma que ha sido tomada: habiéndose demorado mucho tiempo en esta vida se habría llenado del mal que tiene derecho de ciudadanía en el mundo. Si pues la esperanza de los cristianos estuviera limitada a esta vida, con razón se consideraría penoso la prematura separación del cuerpo, pero si el comienzo de la verdadera vida para los que viven según Dios es que el alma se libere de las ataduras corporales, ¿por qué nos afligimos “como los que no tienen esperanza”? Anímate y no sucumbas a los padecimientos, antes al contrario muestra que los dominas y los superas.