10 de diciembre de 2009

Apuntes / DOMINGO III DE ADVIENTO (C)

LA BELLEZA DE LA PALABRA DE DIOS EN LA HOMILÍA
So 3,14-18; Sl 12, 2-6; Fl 4,4-7; Lc 3,10-18


Reflexión: Dios danza para ti


Este domingo tercero de Adviento lo llamamos "Domingo Laetare" el "Domingo de la alegría". Todas las lecturas son una invitación a la alegría. Tengo mis dudas que lo consigan. Cuando oigo esta palabra, "alegría", o semejantes en la vida de la Iglesia (gozo, humor…) siempre recuerdo la anécdota que me contaba en una ocasión una madre referente a su hijo que poco después de hacer la primera comunión pasaba a comulgar y esbozaba una sonrisa en el momento de comulgar. Hasta que esa sonrisa se le heló en los labios el día en que un celebrante al ir a darle la comunión le dijo: "¿de qué te ríes idiota"?

Hoy a mitad de Adviento para vivir el "Domingo Laetare" los cristianos tendríamos que haber tomado en serio desde el principio la escucha y meditación de la Palabra. Vivir más intensamente un tiempo de Lectio Divina, de modo que la fuerza y la luz de la Palabra de Dios nos envolviera. Y nos dejáramos agarrar por ella.

Y aún así aún tengo mis dudas de si afloraría en nuestros labios y en nuestro corazón la alegría, porque parece que los mismos exegetas tienen miedo a un "Dios alegre". Vean diferentes traducciones:

Hoy: 1ª lectura, Sof 3,17s: …el Señor tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva. El se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta.

Nueva Biblia Española (de Schökel): El Señor, tu Dios, es dentro de ti un soldado victorioso, que goza y se alegra contigo, renovando su amor, se llena de júbilo por ti, como en día de fiesta.

Biblia de Jerusalén: Yahvé tu Dios, está en medio de ti, guerrero vencedor! Exultará por ti de alegría; Él te renovará con su amor. Él danzará para ti con gritos de alegría, como en días de fiesta.

La Vulgata latina: El Señor tu Dios está en medio de ti, Él mismo vigoroso te salvará, exultará sobre ti en alabanza, gozará sobre ti en alegría, descansará en tu amor.

La verdad, no sé porque tenemos miedo a un Dios que danza con gritos de alegría (un obispo me dijo hace varios años que por qué había puesto como título a mis Comentarios de las Antífonas marianas OH: "Dios danza para ti", que no estaba bien…) y no tenemos reparos en poner una y mil veces que "Dios es un guerrero". Nos va a costar poner en el corazón la vena pacífica, y quitar la violenta. Necesitaremos muchos "Domingos Laetare".

Palabra

Regocíjate, hija de Sión, grita de júbilo, Israel, alégrate y gózate de todo corazón… Una invitación muy fuerte a la fiesta, a la alegría, a la danza… Hace falta tener motivos muy fuertes. ¿Qué mejor motivo puede haber que sentir "en carne viva" la presencia de Dios, que te está pacificando de la cabeza a los pies.

Gritad jubilosos: ¡Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel! ¿Es tu fuerza? ¿es tu poder? ¿escuchas dentro de ti un rumor de aguas vivas? De lo contrario no tomes la cítara… porque te saldrá mal la melodía.

Estas siempre alegres en el Señor. Os lo repito… El señor está cerca… Una verdadera obsesión: la alegría, el gozo… Yo creo que el creyente está más obsesionado por el pecado.

Nada os preocupe. En toda ocasión, en la oración y suplica… Pero posiblemente lo que no nos preocupa, o muy poco, es la oración… Entonces, es lógico que nos dominen otras preocupaciones. El talante de nuestra vida es un reflejo del talante del corazón.

La gente preguntaba a Juan: Entonces, ¿qué hacemos? El que tenga que reparta. El que está casado con la injusticia, que se divorcie de ella. No os aprovechéis con denuncias… Y eso que apenas había entonces Medios de comunicación. ¡Señor! ¿Tú estabas, en el Jordán danzando dentro de Juan?

Sabiduría sobre la Palabra

Juan era la voz, pero el Señor es la Palabra que existe desde el principio. Juan era una voz provisional; Cristo, desde el principio, era la Palabra eterna. Y precisamente porque resulta difícil distinguir la palabra de la voz, tomaron a Juan por el Mesías. La voz fue confundida con la palabra, pero la voz se reconoció a sí misma, para no ofender a la palabra. "No soy —dijo— el Mesías, ni Elías, ni el Profeta". "Yo soy la voz que clama en el desierto: preparad el camino al Señor." ¿Qué quiere decir "preparad el camino", sino: suplicad debidamente? ¿Qué significa "preparad el camino", sino: pensad con humildad"? (San Agustín, Sermones)

Cuando considero, al celebrar este tiempo de Adviento del Señor, quien es el que viene, me desborda la excelencia de su majestad. Y si me fijo hacia quienes se dirige, me espanta su gracia incomprensible. Los ángeles no salen de su asombro al verse superiores a aquel que adoran desde siempre y como bajan y suben, a la vista de todos, en torno al Hijo del hombre. Al considerar el motivo de su venida, abarco, en cuanto me es posible, la extensión sin límites de la caridad. Y cuando me fijo en las circunstancias, comprendo la elevación de la vida humana. Viene el Creador y Señor del mundo, viene a los hombres. Viene por los hombres. Viene el hombre. (San Bernardo, Sermón 3º de Adviento)