22 de diciembre de 2009

DOMINGO I DE NAVIDAD / LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ (Ciclo C)

LA BELLEZA DE LA PALABRA DE DIOS EN LA HOMILÍA
Eclo 3,2-6.12-14; Salm 127,1-5; Col 3,12-21; Lc 2,41-52

Reflexión: La familia

En los años 60 el Concilio Vaticano II resaltaba en la Gaudium et Spes algunos problemas urgentes del mundo. El primero sobre el que reflexionaba era la familia: Ataques a la dignidad de matrimonio y familia, poligamia, amor libre, divorcio, hedonismo… La situación económica, sociopsicológica y civil como origen de fuertes perturbaciones en la familia, que suscita la angustia en las conciencias…(GS 47)

En los 80, con motivo del Sínodo de Obispos sobre la Familia, Juan Pablo II escribe la Familiaris Consortio, que empieza así: La familia, en los tiempos modernos, ha sufrido, quizás como ninguna otra institución, la acometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas. Muchas familias viven esta situación permaneciendo fieles a los valores que constituyen el fundamento de la institución familiar. Otras, se sienten inciertas y desanimadas de cara a su cometido, e incluso en estado de duda o de ignorancia respecto al significado último y a la verdad de la vida conyugal y familiar. Otras, en fin, a causa de diferentes situaciones de injusticia se ven impedidas para realizar sus derechos fundamentales.

El reciente Sínodo de los obispos africanos de este otoño ultimo resume así sus intervenciones sobre la familia: Muchos Padres Sinodales lamentan el destino de la familia en África (...) y consideran la institución bajo seria amenaza de inestabilidad y disolución a causa de la pobreza, los conflictos, las creencias y prácticas tradicionales (brujería) y las enfermedades, principalmente la malaria y el VIH SIDA (...)Pero los Padres Sinodales describen también de varias formas el feroz ataque a la familia y la afín institución fundamental del matrimonio, venido desde fuera de África y atribuible a diversas fuentes.

El panorama, pues, a medida que avanzan los años no parece crecer para dar esperanza. Es más, se habla de nuevos modelos de familia. Se desprecia y se ataca lo que todavía tenemos, y se aboga por nuevos modelos. Da la impresión que es un terreno más de los muchos que pisa el hombre en esta sociedad en donde el hombre, o la humanidad, o quien sea, se mueven a tientas. Yo creo que aquí se juega gran parte de su futuro, pues es en la familia donde se perfila la madurez de la persona, donde se fragua la persona. La persona cuya educación y camino a la madurez comienza en la dimensión más profunda de la misma. Un desarrollar toda la riqueza y capacidad que lleva dentro. Y esto ¿como puede ser factible si los educadores se mueven en las aguas de la superficie?

Palabra

El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a la madre acumula tesoros… Esta y otras más nos propone el Eclo como sugerencias para disfrutar de un clima familiar bueno. Un clima que se rompe por diferentes partes: por parte de los padres que no están del todo pendientes de la educación de sus hijos… Por parte de los hijos que progresivamente va avanzando el tiempo de su emancipación de los padres, de su independencia, como respuesta quizás, o en parte, a esa educación de los padres. Por parte de la sociedad, que está dando "palos de ciego" en esta tema de le educación, "preocupado" por otros valores.

Sea vuestro uniforme: la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la comprensión… perdonaos mutuamente… Y por encima de todo el amor… Recomendaciones muy concretas con un espíritu que es muy necesario para que la persona humana pueda ir creciendo hacia una maduración más humana. Y una maduración que es indispensable para tener una sociedad más pacificada.

¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre? Una escena, esta del evangelio interesante y enigmática, que creo nos plantea, entre otros puntos, el de la libertad del hijo en un crecimiento obediente a los padres.

Sabiduría sobre la Palabra

Nazaret es la escuela en la que comienza a comprenderse la vida de Jesús: la escuela del Evangelio. He aquí algunas breves lecciones de Nazaret: En primer una lección de silencio. Que renazca en nosotros la estima del silencio, esa admirable e indispensable condición del espíritu; nosotros que nos vemos asaltados por tantos clamores, estrépitos y gritos en medio de nuestra vida moderna, tan ruidosa e hipersensibilizada. Una lección de vida familiar. Que Nazaret nos enseñe lo que es la familia, su comunión de amor, su austera y sencilla belleza, su carácter sagrado e inviolable. Una lección de trabajo. Nazaret, la casa del "hijo del carpintero": es aquí donde quisiéramos comprender y celebrar la ley severa y redentora del trabajo humano; restablecer la conciencia de su nobleza; recordar que el trabajo no puede ser nunca un fin en sí mismo, pero que su libertad y su nobleza le vienen, más que de su valor económico, de los valores que son su fin. (Pablo VI, Nazaret 5.01.1964)

Cristo ha nacido. Ha nacido para nosotros. Y ha nacido hoy. Pues Navidad no es meramente un día como otros. Es un día santificado, hecho especial por un misterio sagrado. Hoy entra la eternidad en el tiempo, y el tiempo santificado, queda prendido en la eternidad. Hoy, Cristo, la Palabra eterna del Padre, que estaba en el comienzo con el Padre, en quien todas las cosas fueron hechas, por quien existen todas las cosas, entra en el mundo que Él creó para reclamar almas que habían olvidado su identidad. Por tanto, la Iglesia exulta, cuando los ángeles bajan a anunciar, no meramente una cosa antigua, como ocurrió hace mucho tiempo, sino una cosa nueva que sucede hoy. Pues hoy Dios Padre hace nuevas todas las cosas, en su Hijo divino, nuestro Redentor, conforme a sus palabras: ecce nova facio omnia. (Tomas Merton, Tiempos de celebración)