9 de enero de 2011

LA VOZ DE LOS PADRES

TEXTOS PARA LA NAVIDAD III
El Bautismo del Señor

Del Sermón II sobre la Epifanía, de san Odilón, abad

Hoy Cristo se ha manifestado al mundo. Hoy ha recibido el bautismo, y, al recibirlo, lo ha consagrado con su presencia divina. Hoy, en Caná, tal como lo testimonia la fe los creyentes, convierte el agua en vino. El agua se convierte en vino espiritualmente, porque al cesar la letra de la ley, brilla la gracia del evangelio gracias a Cristo. Cristo recibe el abutismo y nosotros somos despojados del hombre viejo y revestidos del nuevo. El primer hombre, que por el hecho de proceder de la tierra es terrenal, se ve arrojado. El segundo, que por el hecho de proceder del cielo es celestial se nos impone como vestido. Al ser bautizado Cristo es también consagrado el misterio del santo bautismo con la presencia de toda la Trinidad: se oye la voz del Padre que dice: «Este es mi Hijo, el amado, en quien me he complacido». Y el Espíritu Santo apareció en forma de paloma. Jesús quiso ser bautizado por Juan y manifestarse como Hijo único.

Sermón XXXIX de san Gregorio Nacianceno, obispo

Cristo es iluminado: dejémonos iluminar junto con Él; Cristo se hace bautizar: descendamos al mismo tiempo que Él, para ascender con Él.

Juan está bautizando, y Cristo se acerca; tal vez para santificar al mismo por quien va a ser bautizado; y sin duda para sepultar en las aguas a todo el viejo Adán, santificando el Jordán antes de nosotros y por nuestra causa; y así el Señor, que era espíritu y carne, nos consagra mediante el Espíritu y el agua.

Pero Jesús, por su parte, asciende también de las aguas; pues se lleva consigo hacia lo alto al mundo, y mira cómo se abren de par en par los cielos que Adán había hecho que se cerraran para sí y para su posteridad.