3 de enero de 2011

LA VOZ DE LOS PADRES

TEXTOS PARA LA NAVIDAD II

De los sermones de san Efrén de Nísibis

De la misma forma que la zarza en el Horeb reveló a Dios en la llama, así María, en su virginidad ha revelado a Cristo; siendo perfectamente Dios, ha entrado por el oído al interior de sus entrañas. Y mi Dios se ha hecho hombre de una manera pura, saliendo de las entrañas a la creación.

Una virgen ha concebido a Dios, y exulta el hijo de la estéril ante la concepción de la virginidad. Dios ha llevado a cabo una nueva maravilla entre los hijos de esta tierra: ha nacido sin una unión matrimonial, y su heraldo sobrepasa la naturaleza. Cristo, que tiene en el cielo la palma de su mano, miradlo recostado en un pesebre; quien contiene el mar en sus manos, nace en una cueva; su gloria llena el cielo y el pesebre está lleno de su resplandor.

Moisés quiso contemplar su gloria, pero no pudo verla. Vayamos a verla, recostada en un pesebre con unos pañales. La cara de Moisés brilló cuando Dios le habló; se puso un velo sobre la cara porque el pueblo no podía mirarlo, como nuestro Señor al salir del cuerpo de María entró el mundo y se revistió con el velo del cuerpo

Los nombres de María son muchos, y es necesario que yo la nombre con estos nombres: es el palacio donde reside el Rey de los reyes, poderoso, el cual cuando ha entrado en ella no ha salido, porque de ella se ha revestido del cuerpo y ha entrado en el mundo. Es todavía el cielo nuevo donde reside el Rey de reyes; en ella se ha manifestado y ha entrado en la creación, diseñado y vestido con sus formas. Es la vid del sarmiento que ha dado fruto de una manera más allá de lo natural, y a pesar de que su naturaleza no era semejante a ésta se ha revestido en ella y ha entrado. Es la fuente de donde brota el agua viva para los sedientos; y aquellos que han gustado esta bebida han centuplicado el fruto

De san León Magno, Homilía I sobre la Navidad

HOY, ha nacido nuestro Salvador. Alegrémonos. No es justo dar lugar a la tristeza. El Hijo toma la naturaleza humana para RECONCILIAR y vencer la división. Toma la bajeza de nuestra condición, se rebaja permaneciendo lo que era y asumiendo lo que no era: la majestad se reviste de humildad, la fuerza de debilidad, la eternidad de caducidad.Todo asociado en la UNIDAD de un solo Señor.

Demos gracias a Dios, por la misericordia con que nos ha amado, que nos resucita a la vida de Cristo, para ser una nueva criatura, una nueva obra de sus manos.

Reconoce, oh cristiano, tu dignidad, que participas de la naturaleza divina. Recuerda que arrancado de las tinieblas se te ofrece la claridad de Dios.