1 de junio de 2010

LECTIO DIVINA

SALMO 21 (20)

1 Al músico principal. Salmo de David

2 ¡Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
y cuánto goza con tu victoria!
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.
4 Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
5 Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término.
6 Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
7 Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia:
8 porque el rey confía en el Señor,
y con la gracia del Altísimo, no fracasará.
9 Que tu izquierda alcance a tus enemigos,
y tu derecha caiga sobre tus adversarios:
10 Préndeles fuego como a un horno
el día en que te muestres;
que el Señor los consuma con su cólera
y el fuego los devore.
11 Destruye tú su estirpe en la tierra
y su descendencia entre los hombres.
12 Aunque preparen tu ruina y tramen intrigas,
nada conseguirán;
13 porque los pondrás en fuga
asestando el arco contra ellos.
14 Levántate, Señor, con tu fuerza,
y al son de instrumentos cantaremos tu poder.

Ideas generales sobre el salmo

Es una acción de gracias por la victoria del rey, o del Señor a favor del rey, entonada por la comunidad. Este salmo sería un complemento del anterior como petición confiada y acción de gracias por la concesión de la victoria. Este salmo completa al 20 con la presencia del enemigo derrotado, en fuga, destruido, que son datos solamente apuntados en el salmo 20.

Tratándose de un salmo "real" es lógico que tenga relaciones con otros semejantes, por ejemplo el salmo 2 (petición) con el 18 (lealtad y la diestra de Dios, la presencia del enemigo).

Una composición armónica de dos secciones, cada una de 6 versos, con un verso central de unión y articulación. Los versos 7 y 14 son la aclamación del pueblo, que está presente en la coronación del rey.

En 2-7 alguien se dirige al Señor en nombre del rey mostrando como se alegra el monarca, e indicando el por qué de esta alegría.

En 9-13 alguien se dirige al rey en nombre del Señor.

Hay unas repeticiones artificiosas. Como poema es modesto.

No nos dicen mucho las repeticiones: Yahvé y el rey se juntan en v. 2 y 8; que la victoria es fuente de gozo y de honor en v. 2 y 6; que las bendiciones son buenas y duraderas en v. 4 y 7.

Las acciones de Dios son 14 en todo el salmo: 8 en la primera parte y 6 en la segunda, lo cual no tiene una importancia especial. Más interesante es contrastar su contenido activo y enérgico con las acciones del rey, casi todas sentimientos y actitudes.

En el centro se encuentra la confianza en Dios, actitud básica y central del rey: es lo más importante que ha de hacer. En los extremos la celebración del rey y de la comunidad. En el centro la lealtad a Dios, como el soberano con su vasallo.

"Este salmo es una descripción grandiosa y verdaderamente oriental del ideal israelita de lo que es un rey". (Gunkel)

Leer

Leer varias veces, haciendo un repaso a las ideas generales, como un primer y asiduo contacto con el salmo.

Meditar

v. 2-7: La comunidad se dirige al Señor teniendo al rey como centro de atención. Es como si el rey estuviera en medio, en su escaño, silencioso, mientras la comunidad habla por él. Solo al final del salmo la comunidad habla de sí: "cantaremos tu poder" (v.14).

Se destacan dos cosas: el poder victorioso del Señor, todo suyo, y los beneficios concedidos al rey. (bendiciones, longevidad, corona, gloria, honor…)

v. 2: Todo es gracia de Dios; la victoria se la debe a Dios. Todo debe redundar en gloria de Dios.

"La fuerza de Dios es Cristo" (Orígenes); "El profeta David anuncia la victoria completa de esta Rey que es su descendiente". (Eusebio)

v. 3: "Los deseos del corazón". Parece que todos se han puesto de acuerdo en una oración comunitaria. "Donde dos o tres están reunidos en mi nombre allí estoy yo en medio de ellos". Dios no niega nada a una comunidad que tiene "un solo corazón y una sola alma".

La coherencia entre lo que se dice, se piensa, se siente y se vive… es lo que más agrada a Dios.

"El deseo de Cristo, es que como el Padre y Él son uno, nosotros seamos también uno". (San Jerónimo)

Escribe Paul Claudel: "Todos los deseos de su corazón, ¿es lo que tú deseas? Aquí están".

v. 4: Una bonita definición de Dios: "el que nos lleva la delantera". Dios siempre tiene la iniciativa. "El nos amó primero (1Jn 4,10). Cuando se adelanta es para amarnos, para bendecirnos, ayudarnos…

"Esta corona es la gloria de la Encarnación; no es solo salvación, sino vida, gloria, magnificencia, alegría, esperanza y misericordia" (Atanasio)

v. 5: La vida larga es una de las bendiciones de Dios.

"Te pidió vida y se la has concedido. Cuando el rey Ezequias pedía la vida, deseaba simbólicamente a Cristo" (Orígenes)

v. 6: «La resurrección añade a Cristo una nueva gloria, según Jn 12,28: "Yo lo ha glorificado y lo glorificaré todavía". Cristo en su forma de Dios poseía gloria y honor; cuando se ha hecho hombre, Dios lo ha exaltado» (Orígenes)

v. 7: Escribe Claudel: "Tú lo restaurarás con Tu rostro: Le haces brotar de su cuerpo la bendición como un torrente".

v. 8: Confianza en Dios. Es una aclamación emotiva de la asamblea. Entusiasma a la comunidad la confianza del rey en Dios. El pueblo se siente seguro.

v. 9-13: Continúan los verbos en segunda persona como en la primera parte; el mismo sujeto. Se citan los beneficios al rey. El "tú" de la segunda parte es Dios.

Una imagen grandiosa de Dios que alcanza a sus adversarios, que abarca todo. Es la misma idea del Salmo 139,7-10

v. 9: "Tú permites a tus enemigos perseguir a tu familia para que se ejerciten sus atletas; pero su orgullo no durará mucho tiempo: poco después tu mano los agarrará, tu derecha interceptará a quienes huyen" (Eusebio)

vv 10-13: Son frases muy duras los vv 10-13. Parece una oración blasfema. Escribe Alonso Schökel: "Los enemigos del rey y del pueblo son enemigos del plan histórico de Dios, intentan destruir la salvación histórica que Dios va realizando; por eso el pueblo reza para que Dios destruya esa agresión".

Lo que Dios no destruye es la libertad que nos ha dado a cada uno.

v. 14: Invocación final y participación coral en la fiesta.

"No han querido reconocerte en tu humildad: levántate en tu fuerza ya que ellos han dominado la debilidad" (San Agustín). Escribe Claudel: ¡"Sube, Señor, crece, elévate! ¡elévate, exaltación! Y nosotros entregaremos a tu gloria el combate de nuestra pequeñez".

Orar

Señor, somos polvo y ceniza,
somos nada, Tú eres el Santo
Tú has puesto en nuestro espacio interior
un manantial de vida
un fuego ardiente…
Abre nuestro oído interior
para que escuchemos
el rumor de tu Espíritu
y no seamos confundidos.
Amén.

Contemplar

Dedicar un tiempo en silencio a repasar en silencio el salmo, llevando nuestra atención a todo lo que puede despertar, o despierta, en esta vida nuestra confianza en Dios.