19 de marzo de 2012

LA VOZ DE LOS PADRES

TEXTOS PARA LA CUARESMA
Domingo 5º de Cuaresma (Año B)

Sermón 205,1 de Cuaresma, de san Agustín, obispo
Estamos viviendo el tiempo cuaresmal: que la palabra de Dios, nutra el corazón de quienes ayunan en el cuerpo, así el hombre interior, reconfortado con un alimento adecuado, podrá sostener la penitencia del hombre exterior con más firmeza. Porque conviene mucho a nuestra devoción que los que nos disponemos a celebrar la pasión del Señor crucificado, ya cercana, nos hacemos nosotros mismos la cruz con la represión de los placeres carnales, como dice el Apóstol: «Los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne junto con sus pasiones y sus deseos».

El cristiano debe estar colgado de esa cruz toda la vida, que discurre en medio de tentaciones. No es este el tiempo de arrancar los clavos, mientras en el salmo se dice: «Traspasad con vuestro temor mi carne; yo temo vuestros juicios». La carne son las concupiscencias carnales; los clavos, los preceptos de la justicia: con esos clavos se traspasa el temor de Dios, ya que nos crucifica como víctima que le es aceptable. Por eso el Apóstol dice, de nuevo: «os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, a ofrecer vuestros cuerpos como una víctima viviente, santa, agradable a Dios».