2 de septiembre de 2008

SAN BERNARDO, MONJE DE POBLET, SANTA MARÍA Y SANTA GRACIA, MÁRTIRES

Homilía predicada por el P. José Alegre, abad de Poblet
Eclo 51, 1-12; Sal 33, 2-9; 1Jn 5, 1-5; Mt 10, 17-22

Recientemente Alzira y Carlet han firmado un convenio para señalizar y divulgar la Ruta Bernardina, juntamente con a los municipios de Benimodo, Guadassuar y Alcudia. La alcaldesa de Carlet decía: el mejor regalo que pueden recibir estos municipios llega en forma de convenio entre estos dos municipios, para divulgar una ruta Bernardina por la comarca. La ruta Bernardina es un símbolo de amistad que existe entre los dos pueblos, y de veneración a nuestro patrón… Y la alcaldesa de Alzira afirmaba también: Es voluntad de ambas instituciones crear un itinerario turístico-cultural, denominado Ruta Bernardina que recorra el itinerario vital en nuestra comarca de nuestros Patronos y de los elementos religiosos y artísticos vinculados a los mismos…

Yo diría que esta ruta Bernardina ya viene de lejos. Y estas importantes poblaciones del antiguo reino de Valencia han querido asumirlo en beneficio cultural y religioso de sus comunidades locales.

Pero esta Ruta nos llega desde los mismos Bernardo, María y Gracia. O quizás más en concreto, en principio, desde Bernardo cuando aparece por Poblet en el siglo XII, en su viaje a Barcelona como embajador ante el Conde y se convierte a la fe cristiana en Poblet, y se siente, inmediatamente, llamado a ser monje…

Aquí comienza la verdadera ruta Bernardina, el camino apasionante de Bernardo, con su victoria sobre el mundo, con su fe, como dice el apóstol Juan: Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Aquel que da el ser, ama también al que ha nacido de él… Todo el que ha nacido de Dios vence al mundo…Y esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe…

La fe que nace como fruto del encuentro con Dios mediante la relación personal con Cristo, inmediatamente genera un dinamismo firme, valiente, decidido de testimonio. El creyente no puede sino decir, transmitir, como sea lo que ha visto y ha oído. El creyente está siempre en camino para ser testigo de una nueva vida.

Bernardo, encuentra en Poblet una nueva vida, se le abre un nuevo camino, y él inmediatamente se dispone a transitarlo. Quiere llevar y ofrecer esta novedad a los suyos, a sus hermanos, a su familia.

Una vez más será una realidad la sabiduría evangélica. Ante el anuncio de la Palabra, unos la acogen y otros la rechazan. Lo que acontece en la vida de Jesús de Nazaret, ahora acontece en la vida de Bernardo. Su testimonio es acogido por sus hermanas María y Gracia, pero es rechazado por su hermano. Es un gesto que ya le sucede al mismo Jesús en su predicación. Y vuelve a ser actualidad la Palabra del evangelio: Os entregaran a los tribunales… daréis testimonio ante ellos. No os preocupéis sobre lo que vais a decir, el Espíritu hablará por vosotros…Los hermanos entregaran a los hermanos para que los maten… Os odiaran, pero el que persevere se salvará…

Ya lo profetiza Jesús. Si a mi me persiguieron también a vosotros os perseguirán. Bernardo vive una plena identificación con Jesucristo, así como sus hermanas. Viven en sus propias carnes la pasión de Cristo, y alcanzan la victoria que vence al mundo, que permanece más allá del tiempo.

Por esto hoy celebramos ese principio del camino, que fue el martirio. Y podemos volver a decir con el profeta del Eclesiástico: Te alabo, Padre, mi Dios y Salvador; te doy gracias, Dios de nuestros padres. Contaré tu fama, refugio de mi vida, porque me has salvado de la muerte.

Esto es precisamente lo que hacemos con esta solemnidad: alabar a Dios porque la vida que se entrega se vuelve a recobrar. Y así sucedió en Bernardo María y Gracia. Porque quien empieza a vivir aquí una relación personal con Cristo, ésta, como en Bernardo María y Gracia, ya no se corta jamás, porque el tiempo es absorbido, asumido por la vida que permanece, la vida en Dios.

Celebramos en esta solemnidad el amor de Dios que no se agota, que se renueva cada día en tu vida, en la mía, en la de cada uno. Y la celebramos identificándonos con la vida, muerte y resurrección de Cristo. La celebramos haciendo memoria de estos santos fieles al misterio de Cristo, hasta dar la vida en seguimiento de Él, nuestro Maestro.

Y esta celebración la prolongamos, después, día a día, dando nuestra vida en un servicio generoso de nuestra fe a nuestros hermanos. Y prolongamos esta celebración encontrándonos cada año con nuestros hermanos de Alzira y Carlet iluminados todos por el ejemplo de estos patronos. Y la celebramos con la ruta Bernardiana, que no viene a ser sino proclamar, decir en voz alta como son y donde están las huellas de estos insignes santos, y realzando su huella cultural y religiosa en vuestra tierra, y esforzándonos en vivir en nuestra comunidad nuestra fe, entregando generosamente nuestra vida a los hermanos. Y en definitiva siendo testigos todos del mismo amor en este mundo, en esta sociedad, que necesita de esta fe, de esta vida nueva, que el mundo no siempre está dispuesto a aceptar.

Que el Señor, mediante los santos Bernardo, María y Gracia os bendiga y os fortalezca para vivir la fe en el Resucitado, Cristo, fuente siempre de nueva vida.